El vapeador o cigarrillo electrónico es catalogado como producto de tabaco, otra alternativa para fumar. Estos dispositivos no estaban regulados por las autoridades sanitarias estadounidenses, comienzan a estar regulados a partir del año 2016, por lo que previamente no existía regulaciones en la producción de los líquidos de vapeo ni en la fabricación de estos dispositivos.
La cantidad de nicotina que contenían los líquidos de vapeo variaba de un fabricante a otro, lo que hacía que no fuera confiable la información mencionada en el empaque. Ya se encuentra en plena vigencia las regulaciones de las autoridades sanitarias estadounidenses, y los fabricantes tanto de los líquidos de vapeo como de estos dispositivos tendrán que ajustarse a estas regulaciones, lo que se traducirá en el bienestar de los consumidores.
Los médicos y los científicos concuerdan en que deben realizar más investigaciones para determinar si estos dispositivos son una ayuda segura y útil para dejar de fumar.