El tabaquismo es una de las principales causas de enfermedad, discapacidad y muerte alrededor del mundo. Anualmente fallecen más de 5 millones de personas por enfermedades asociadas al tabaquismo. Según estimaciones, el 50% de los fumadores fallecen por enfermedades asociadas al tabaquismo, y que su esperanza de vida es 10 a 15 años menor que la de los no fumadores.

Veremos a continuación los efectos del tabaquismo en el cuerpo. Desde inicios del siglo XX se ha venido hablando de los efectos nocivos del tabaquismo. Actualmente ya no hay dudas de que el tabaquismo está asociado con enfermedades en los diversos órganos y sistemas del cuerpo. Las principales causas de muerte asociadas al tabaquismo son cáncer, enfermedades cardiovasculares y enfermedades respiratorias.

Adicionalmente en el caso de las mujeres hay que agregar a las principales causas de muerte, enfermedades del aparato reproductor. La mayoría de los efectos del tabaquismo en el cuerpo son dependientes de la dosis, es decir, son peores mientras más fume la persona. No existe un nivel seguro de consumo de cigarrillos.

El hábito de fumar empieza a provocar daños desde el mismo momento en que se empieza a fumar. 

Tabaquismo y cáncer

El cáncer es una de las principales causas de muerte en el mundo. El tabaquismo es la principal causa de cáncer que puede ser evitado en el mundo. El tabaquismo es la principal causa y principal riesgo de padecer cáncer de pulmón. De cada 10 pacientes diagnosticados con cáncer de pulmón, 9 son fumadores o exfumadores.

El riesgo de padecer cáncer asociado al tabaquismo depende del tiempo que la persona lleve fumando (mientras a más temprana edad haya comenzado a fumar, mayor es el riesgo), de la cantidad de cigarrillos que fume diariamente, del tipo de cigarrillos que consuma y del tiempo que tiene que dejó de fumar. 

Los fumadores tienen mayor probabilidad de padecer cáncer oral (piso de la boca, labios, lengua), laringe, faringe, estómago, esófago, páncreas, vejiga, riñón, uretra, cuello uterino, colon, recto, hígado, mama, sinonasal (cavidad nasal y senos paranasales), ovario; y leucemia mieloide aguda.

Tabaquismo y enfermedades cardiovasculares

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Los efectos del tabaquismo en el sistema cardiovascular hacen su aparición desde el mismo momento en que se empieza a fumar, y son los primeros que ceden luego de dejar el hábito de fumar. Las estadísticas revelan que por cada 10 cigarrillos consumidos diariamente, el riesgo de muerte por enfermedades cardiovasculares se incrementa un 18% en los hombres y un 31% en las mujeres.

El tabaquismo puede provocar las siguientes enfermedades cardiovasculares: infarto agudo de miocardio, isquemia cardíaca, angina de pecho, muerte súbita cardíaca, accidente cerebrovascular (ACV), enfermedad vascular periférica y aneurisma de la aorta abdominal.

Los fumadores que consumen 15 cigarrillos diariamente tiene el doble de riesgo que los no fumadores de sufrir un infarto, y si el fumador consume más 25 cigarrillos diariamente el riesgo es mucho mayor. Un años después dejar el hábito de fumar el riesgo se reduce a la mitad, y tras 15 años de haber dejado de fumar el riesgo se iguala al de los no fumadores.

En cuanto al riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular, está asociado  a la cantidad de cigarrillos que consuma el fumador. Los fumadores que consumen 10 cigarrillos diariamente tiene el doble de riesgo que los no fumadores, y si el fumador consume 20 cigarrillos diariamente el riesgo es mucho mayor. El riesgo se reduce paulatinamente luego de dejar el hábito de fumar, y al cabo de 10 años de haber dejado el hábito de fumar el riesgo se iguala al de los no fumadores.

Tabaquismo y enfermedades respiratorias

El humo del cigarrillo afecta especialmente a los pulmones, que es donde ingresa el humo. El tabaquismo produce lesiones en diferentes partes del sistema respiratorio, tales como: aumento de secreciones tanto en la tráquea como en los bronquios que provocan tos crónica, este aumento de secreciones está asociado a un mayor riesgo de sobreinfección por virus  y bacterias relacionado con bronquitis crónica; enfisema pulmonar que reduce el flujo de aire en los pulmones y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) (el 90% de los casos de esta enfermedad se deben al tabaquismo).

El tabaquismo daña los pulmones desde el mismo momento en que se comienza a fumar. 

Tabaquismo y la piel

La piel sufre los estragos provocados por el tabaquismo, no solo cáncer sino también afecta el aspecto estético de la piel con la aparición prematura de arrugas, cabello reseco y piel seca. El tabaquismo afecta a la piel de todo el cuerpo, pero especialmente a la de la cara, porque se combina con los efectos de los rayos ultravioleta del sol. Además produce problemas de cicatrización de heridas por la reducción de los niveles de oxígeno que llega a los tejidos.

Tabaquismo y afecciones odontológicas

El tabaquismo causa diversas afecciones en la boca: mancha amarilla en los dientes la cual favorece la aparición del sarro, caries, halitosis o mal aliento, enfermedad periodontal (gingivitis si solo afecta a las encías, periodontitis si afecta a los tejidos periodontales profundos; enfermedad crónica y progresiva de las encías que produce la pérdida de piezas dentales), palatinitis nicotínica (mancha blanca en el paladar con puntos rojos), leucoplasias orales (lesión premaligna, mancha blanca no removible al raspado), y cáncer oral (los lugares de mayor incidencia son el piso de la boca, la lengua, los labios y las glándulas salivales).

Tabaquismo y los ojos

Se ha determinado que los fumadores 60% más riesgo de padecer cataratas que los no fumadores. Las estimaciones indican que el 20% de los casos de cataratas están asociados al tabaquismo.

Tabaquismo y diabetes

El tabaquismo predispone al fumador, exfumador y al fumador pasivo a sufrir de intolerancia a la glucosa o prediabetes y de no controlarse puede llegar a convertirse en diabetes. El riesgo de que un fumador padezca diabetes tipo II depende de la cantidad de cigarrillos que consuma, y este riesgo no se reduce o desaparece al dejar de fumar. En los exfumadores el riesgo se reduce paulatinamente, pero sigue siendo mayor que en los no fumadores.

Tabaquismo y el sistema osteoarticular

El tabaquismo afecta el suministro de oxígeno a los huesos. Aumenta el riesgo de sufrir fracturas, y en las mujeres de padecer osteoporosis.

Tabaquismo y tuberculosis

Los fumadores tienen doble riesgo de contagiarse con la bacteria Mycobacterium tuberculosis, la cual produce tuberculosis, y a padecer tuberculosis recurrente. La posibilidad de contagiarse con la bacteria aumenta con el número de cigarrillos consumidos diariamente, y con los años que lleve fumando.

Tabaquismo y la sexualidad masculina

El tabaquismo produce la reducción de la densidad y de la velocidad de los espermatozoides. Los fumadores tienen una reducción de hasta el 75% de su fertilidad con respecto a los no fumadores. Además puede dañar las arterias que irrigan al pene, provocando el riesgo de sufrir impotencia. Los fumadores tienen un 40% más posibilidad de sufrir impotencia que los no fumadores.

Tabaquismo y el aparato reproductivo femenino

La nicotina presente en el cigarrillo provoca la disminución del nivel de estrógenos. Esta disminución lleva a la mujer a padecer alteraciones del ciclo menstrual, problemas de fertilidad, problemas en el embarazo y menopausia prematura.

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