Si bien el objetivo del fumador es disfrutar de una velada tomando unos tragos sin fumar, comenzar sin consumir alcohol ofrece una gran ventaja: el fumador podrá lidiar con los desencadenantes de los antojos de fumar en esa circunstancia, y sin la reducción de las inhibiciones provocada por el alcohol.
Lo recomendable es no consumir alcohol en la noche. En cambio consuma jugos de frutas o agua. Esto no tiene que ser necesariamente de conocimiento público, y que si desea mantenerlo en secreto nadie debe saberlo. El fumador si va a consumir una bebida mezclada debe pedirle al mesonero en secreto, que le sirva la bebida sin alcohol.
El fumador debe socializar con sus amigos de forma normal, e ir trabajando en el control de los desencadenantes de los antojos de fumar en las distintas situaciones que afronte. Es muy posible que el fumador realice varios intentos hasta sentirse cómodo. Puede que no se trate de una actividad divertida, pero así el fumador comenzará a destruir las asociaciones que creó entre el hábito de fumar y el alcohol. El cerebro del fumador requiere de tiempo para que deje de asociar ambas actividades.